Lexicografía Histórica y
Lexicografía General
Abstract
Historical
lexicography has had a beneficial effect on the general lexicography of the
languages it has been applied to. This can be seen, for example, in the cases of
English and French, the two languages in which monolingual lexicography has
reached the highest levels. On the other hand, the absence of a historical
dictionary of Spanish is correlated with the poor state of development in the
lexicography of our language nowadays.
Resumen
El
propósito de esta ponencia es mostrar la relación que une la lexicografía
histórica y la general. En las lenguas cuya lexicografía general ha alcanzado
mayor desarrollo, como el inglés y el francés, este progreso no es casual, sino
que resulta de la existencia en las respectivas lenguas de una lexicografía
histórica de calidad. En el caso del inglés, el
Oxford English Dictionary (1ª ed.,
1928/1933; 2ª ed., 1989) ha dejado su huella no sólo en los productos más
importantes de la marca Oxford, como el
Concise Oxford Dictionary –nacido ya
antes de la conclusión del gran diccionario– y el
New Oxford Dictionary of English, sino
en las publicaciones importantes de otras editoriales, como los Collins y los
Merriam-Webster. En cuanto al francés, la serie de grandes obras de orientación
diacrónica que se han sucedido desde mediados del siglo
XIX hasta finales del
XX –Littré, Godefroy, Tobler/Lommatsch,
Hatzfeld/Darmesteter, Gamillscheg, el
Fronzösisches etymologisches Wörterbuch
de Wartburg y el
Trésor de la langue
française– han influido visiblemente en la calidad de diccionarios generales
como el
Grand Robert, el
Petit Robert y el
Grand Larousse de la langue française.
La lengua española, en cambio, se ha resentido gravemente de la carencia de un
diccionario histórico. El segundo intento de la Academia Española de publicar un
Diccionario histórico (1er
fascículo, 1960), proyectado a partir del modelo de Oxford, ofrecía un nivel de
calidad que permitía esperar de él el papel del verdadero orientador
lexicográfico que la lengua española necesitaba y aún no poseía. La forzada
lentitud de su producción hizo que la Academia, en lugar de tratar de eliminar
las dificultades, decidiese suspenderlo (1996). Así, el
Diccionario común de la Academia, que
hubiera sido el primer beneficiario de ese truncado «inventario total» del
léxico español, ha continuado sufriendo su habitual estancamiento en métodos y
contenidos; y con él, en general, la lexicografía privada, a causa de su
tradicional dependencia respecto a los diccionarios académicos. La Academia
proyecta ahora su tercer
Diccionario
histórico.